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lunes, 2 de marzo de 2015

La leyenda de la bella Susona

Susona era la hija del judío "converso" Diego Ben Susón y se decía que era la mujer más bella de Sevilla, siendo muchos sus pretendientes pero ninguno con éxito, hasta que un día ésta se enamoró de un cristiano con quien mantuvo una relación. El padre de Susona planeó, junto con otro grupo de judíos, un ataque a los cristianos para lo cual hizo una reunión en su propia casa. Susona oyó la conversación y avisó al amante del ataque, temiendo por su vida.

Gracias a que delató, los cristianos detuvieron el ataque acabando con la vida del padre y de los compañeros. La hija, conmovida por la pérdida, pidió que, a su muerte, separaran la cabeza de su cuerpo y la colocaran en la puerta de su casa como muestra del dolor y arrepentimiento por haber delatado a su madre, y que así sirviera de ejemplo a todos. Tal y como ella pidió, se colocó la cabeza que años más tarde dio nombre a esa calle por la tétrica imagen que dejaba, denominándose calle de la muerte. Tras muchos años, los vecinos decidieron quitar la calavera de la ya no tan bella Susona, y en su lugar se colocó el azulejo conmemorativo que hoy vemos.