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viernes, 28 de abril de 2017

La destrucción del caserío histórico de Sevilla


No siempre caminar por Sevilla es un placer, a veces te encuentras sorpresas desagradables. El otro día, pasando por la Calle Castellar, justo después de asomarme al observar las yeserías de la entrada del colegio Calderón de la Barca, vi que la casa de la acera de en frente, de aspecto antiguo, tenía la puerta abierta y pensé en asomarme al zaguán para ver qué encontraba. La imagen no fue la que esperaba:

Entre escombros, asomaba una columna que se mantenía erguida entre los restos del edificio destruido, posiblemente esperando a correr la misma suerte que el resto de la edificación. De hecho ya hay algunas columnas desmontadas y partidas apoyadas en la pared, desconozco con qué destino. Es, por desgracia, una imagen muy ilustrativa de la Sevilla actual, que ve como día a día se van perdiendo elementos que forman parte del patrimonio de nuestra ciudad. Se destruyen casas enteras, dejando sólo las fachadas o en el "mejor" de los casos, se arrasa con la azulejería, suelos hidraúlicos...

Cualquiera se escandaliza al hablar de los años 60 por lo que se destruyó entonces, pero de lo que pocos son conscientes es de que actualmente se sigue arrasando con el patrimonio en Sevilla, aunque no se haga de la misma manera, y es muy importante frenar este proceso porque, aunque parezca sólo una casa más, poco a poco se está acabando con el caserío histórico de Sevilla y en conjunto se está produciendo una pérdida irreparable del patrimonio y la historia de la ciudad.