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domingo, 4 de agosto de 2019

Conjunto Monumental de los Terceros - Parte 1: El convento y el Palacio Ponce de León


Junto a una de las zonas más transitadas de muestro centro histórico, ajeno al bullicio de los autobuses y el tráfico, se esconde uno de los conjuntos monumentales más interesantes del barroco sevillano: El antiguo Convento de los Terceros Franciscanos y El Palacio Ponce de León. La parte más conocida es la iglesia, por ser la actual sede de la Hermandad de la Cena. Sin embargo, junto a ella aún se conserva la arquitectura del convento, que funciona actualmente como sede de EMASESA. Es este uso administrativo el que, a la vez que ha permitido su restauración y conservación, hace que sea muy desconocido para muchos sevillanos. Sin embargo, la empresa municipal de aguas organiza visitas guiadas gratuitas y lo abre al público en días señalados como la noche en blanco, permitiendo acercar esta joya patrimonial a la ciudadanía.


Conjunto Monumental del Convento de los Terceros y el Palacio Ponce de León

De los dos edificios, el primero que se establecería en estos terrenos, en torno al año 1300,  sería el antiguo Palacio de los Ponce de León, familia que había adquirido mucho poder por la participación en la reconquista de Sevilla. El palacio tuvo su etapa de mayor esplendor entre los Siglos XV y XVI, cuando experimentó importantes reformas que lo hicieron uno de los palacios más importantes de la ciudad, algo que se puede entender hoy en día al ver las dimensiones del patio principal. A partir del Siglo XVII comienza la decadencia irreversible del monumento, cuando la familia traslada su residencia a Madrid. En el Siglo XVIII la casa queda relegada a un uso administrativo lo que, junto con la decadencia económica de la propia familia, sería fatal para el futuro del inmueble: en esta época se reforma y se demuele buena parte del mismo.

Patio interior del Antiguo Palacio de los Ponce de León


Columnas genovesas del Palacio Ponce de León

El edificio sufrió diversos avatares en el Siglo XIX: bombardeo en 1843, reformas y además el paso por varias manos, lo que implicó también diversos usos, desde cuartel militar hasta sede del Palacio de Justicia. La historia se estabiliza de nuevo a partir de la llegada de los escolapios en 1887, quienes establecieron en todo el conjunto (palacio y convento) un colegio que estaría en funcionamiento hasta el año 1973, cuando el colegio se trasladó a Montequinto. Para ello, se vendió el edificio a una inmobiliaria, que ese mismo año lo demolió para hacer bloques de viviendas.

Para la adaptación a colegio el edificio experimentó reformas a finales del siglo XIX y, las más importantes, a principios del siglo XX de la mano del arquitecto regionalista Juan Talavera y Heredia. De esta intervención sólo se conservan los torreones de la reja que da a la Plaza Ponce de León, junto a la parte trasera de la Iglesia. Del primitivo palacio se conserva el patio principal, reconstruido utilizando las columnas genovesas de mármol del Siglo XVI  ( muy características de los palacios renacentistas sevillanos), un artesonado que se encuentra sobre la actual entrada de la sede de EMASESA, la logia que da al patio que comunica con el convento y la escalera monumental del año 1855.
Artesonado

Escalera del Palacio Ponce de León

Cúpula de la escalera
Loggia

Una vez terminado de analizar el Palacio, pasamos al conjunto conventual, el edificio que mejor ha llegado a nuestros días. El asentamiento de los terceros franciscanos en estos terrenos, donde ya existía una capilla dedicada a los santos Cosme y Damián,  tiene lugar por primera vez en el año 1602. Se establecieron aquí en sustitución de su anterior sede, el Convento de San Juan de Moraniña en Bollullos. De allí se trajeron, además de muchos objetos de culto, a la imagen de la Virgen de la Consolación, de gran devoción en la zona y con una romería en su honor que es una de las más antiguas de las que se tiene constancia. Sería esta imagen, cuyo traslado naturalmente no estuvo exento de polémica, la que daría nombre al convento y la Iglesia, titulada como Iglesia de Nuestra Señora de Consolación.

La Virgen adquirió pronto gran devoción en la ciudad, lo que motivó la construcción del nuevo conjunto conventual, cuyas obras comenzaron en 1648, auspiciadas por las diferentes corporaciones que se instalarían en las capillas de la iglesia. Esta nueva obra sería diseñada probablemente por algunos de los propios religiosos, siguiendo muy de cerca los modelos de los arquitectos barrocos de la época, como Juan de Oviedo o Leonardo de Figueroa.




El edificio experimentó una etapa de decadencia en el Siglo XIX, a partir de 1810, cuando las tropas invasoras francesas expulsaron a los frailes para establecer el convento como cuartel y expoliar el patrimonio artístico, como hicieron en toda la ciudad. Sin embargo en 1811 volvió a ser ocupado por una orden religiosa, Las Agustinas, cuyo convento de la Encarnación había sido demolido, y quienes hicieron algunos cambios en la iglesia. Los Franciscanos volvieron en 1819, pero de nuevo fueron expulsados en 1835 por la desamortización de Mendizábal. Desde entonces, aunque fueron pasando diferentes entidades por la iglesia, el conjunto fue deteriorándose rápidamente, incluyendo el desprendimiento de las bóvedas de la iglesia en 1845. No fue hasta la llegada de los escolapios cuando cuando la estabilidad volvió al conjunto.

El convento sí ha llegado a nuestros días en un razonable estado. Lo primero que vemos al entrar es  el claustro principal, un precioso patio del Siglo XVII en el que se puede apreciar la influencia de otros claustros sevillanos como el del antiguo Convento de la Merced (Museo de Bellas Artes) o el Hospital de los Venerables. Las galerías del claustro estaban decoradas por unos lienzos de Juan Ruiz Soriano, hoy desaparecidas.

Claustro del Convento de los Terceros
Claustro del Convento de los Terceros
Atravesando el patio se llega directamente a la escalera principal del convento, el elemento sin duda más destacado del conjunto y uno de las construcciones de este tipo más brillantes e innovadoras en el panorama del barroco sevillano por su riqueza compositiva. Las dobles columnas pareadas de mármol, que aportan gran verticalidad y ligereza, son uno de los elementos más llamativos de la composición. Esta maravilla se ejecutó entre 1690 y 1697, bajo el diseño de Fray Manuel Ramos, religioso del propio convento.

Escalera del Convento de los Terceros

´Cúpula de la escalera

Detalle de la Cúpula

Cúpula de la escalera

Dobles columnas pareadas

Por último tenemos acceso también al claustro menor, conocido como patio de las cocinas. Se trata de un espacio de menor interés edificado como parte de las ampliaciones del Siglo XVIII. Este espacio suele ser aprovechado por EMASESA para acoger exposiciones temporales.

Claustro menor

El Conjunto lo completa la iglesia de Nuestra Señora de consolación, una de las iglesias conventuales más amplias que se conservan en Sevilla y a la cual le dedicaremos una entrada aparte: Conjunto Monumental de los Terceros - Parte 2: Iglesia de Nuestra Señora de Consolación.

Fuentes:
-FUNDACIÓN EMASESA. El Conjunto Monumental del Palacio Ponce de León y el Convento de los Terceros Franciscanos de Sevilla. Sevilla: Fundación EMASESA
-ROLDÁN SALGUERO, Manuel Jesús. Iglesias de Sevilla. Sevilla: Editorial Almuzara, 2015

Datos de interés:
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