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lunes, 18 de mayo de 2020

La destrucción de un sueño: demolición del legado de la Expo 92, ahora con el Pabellón de la ONU


Una vez Sevilla soñó que podía aspirar alto, soñó que podía recordar lo que fue hace 500 años, que podría organizar un evento que atrajera las miradas de todo el mundo, soñó que podía reformarse entera para convertirse en una ciudad moderna. En 5 años Sevilla preparó un hito en su historia, construyó un barrio entero, experimentó una reforma urbanística en toda la ciudad, construyó 6 puentes, se convirtió en la primera ciudad de España a la que llegaba el AVE... Sevilla en 5 años avanzó lo que probablemente de otro modo habría costado más de 50 años. Y en el año 92, ese sueño que si hoy nos propusieran no nos lo creeríamos, se convirtió en realidad. El mundo entero miró a Sevilla durante 6 meses, las tecnologías más vanguardistas se presentaron en la ciudad futurista en la que se había convertido la Cartuja, personas de todo el mundo soñaron con venir a conocer lo que en nuestra ciudad se cocía y demostramos que, aunque nadie lo creyera, Sevilla si quería podía.



Hoy el legado de este hito experimenta una realidad con dos caras. Por un lado se ha convertido en el mayor polo económico de Sevilla, caracterizado por su vertiente tecnológica e innovadora. Pero a la vez, sus calles muestran abandono y desidia, son un reflejo melancólico de lo que Sevilla fue pero no ha sido capaz de mantener. Y muchos de los elementos que conformaron este recinto de ensueño hoy están tristemente abandonados. Hace unos años hablábamos de la destrucción de patrimonio que suponía la demolición de la Puerta del Guadalquivir, hoy consumada.  Pues hoy desgraciadamente seguimos viviendo la misma realidad. Hace unos días salió la noticia del proyecto de derribo del Pabellón de la ONU, del arquitecto José Rodríguez Gautier, para la construcción de una residencia de estudiantes.
Pabellón de la ONU. Fuente: wikimedia
Resulta incomprensible que no exista a día de hoy un plan de especial de protección del legado de la Expo92, el legado de un hito en nuestra historia que poco a poco vamos destruyendo. Independientemente del valor arquitectónico de cada uno de los edificios, que en general suele ser relevante, el valor del conjunto del recinto hace que cada uno de los elementos que lo conforman tengan un valor por el hecho de pertenecer a este conjunto que se gestó para la Exposición Universal. Existe protección individual de algunos de los edificios por parte de la administración autonómica, pero resulta incomprensible que no exista una protección de menos entidad y con atención al carácter de conjunto por parte del ayuntamiento. De todo a nada.

En el caso que contaba de la Puerta del Guadalquivir, tras una intensa reivindicación, el acuerdo que alcanzó Legado Expo con el arquitecto Guillermo Vázquez Consuegra contempló la demolición de la puerta a cambio de la conservación y restauración  de las veletas y la recuperación de la escultura "media esfera azul y verde" que protagonizaba la Puerta de Triana. Las veletas fueron transformadas, perdiendo sus característicos colores y su capacidad de iluminación, y de la escultura no sabemos nada casi 5 años después. Y el Pabellón de la ONU, teniendo en cuenta la diferente naturaleza del proyecto, su destino más probable es desgraciadamente la desaparición completa.

Puerta del Guadalquivir antes de la intervención de Vázquez Consuegra
Veletas antes de la intervención de Vázquez Consuegra

Veletas después de la intervención de Vázquez Consuegra
Es imprescindible la concienciación sobre la importancia patrimonial del legado de la Exposición para que se lleve a cabo una protección que, acompañando al desarrollo económico, cultural y científico del parque tecnológico, evite que se siga desfigurando el recinto que una vez fue lugar de ensueño para sevillanos y destino deseado para gente de todo el mundo.



Fuentes:
legadoexposevilla.org
www.pctcartuja.es