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miércoles, 14 de octubre de 2020

La ciudad del color perdido: El estanque de Mercurio del Alcázar sevillano

Ya he hablado varias veces en este blog sobre el color que imperaba en la Sevilla histórica, y que aunque ahora se tenga la imagen de las casas blancas andaluzas, esto se debe al blanqueamiento que se produce en el Siglo XIX, pero en Sevilla el color y diferentes tipos de decoraciones impregnaban las fachadas de sus calles. En esta ocasión me he ido a uno de los principales monumentos de la ciudad, el Alcázar, para tratar este recurrente tema, haciendo un análisis de uno de sus rincones más fotografiados del monumento: el estanque de Mercurio.

Se trata de un elemento conformado en 1575, a partir de una antigua alberca que servía para regar los jardines del Alcázar con el agua proveniente de los Caños de Carmona. Es entonces cuando cobra una función más decorativa, y se le añade la escultura renacentista del Dios Mercurio ejecutada en bronce por Diego Pesquera. Es a principios del Siglo XVII cuando se completa el conjunto, con la determinante transformación que hace Vermondo Resta en los Jardines, al convertir la antigua muralla en la Galería de Grutescos, de estilo manierista (un primer paso hacia el barroco que se estaba iniciando en Italia).




Pues bien, recientemente anunciaron la futura restauración de este estanque, recuperando todos los surtidores del perímetro que ahora están inactivos. En la noticia de Diario de Sevilla, comentaban que todo el bronce, aunque ahora apareciera en  color negro, en su momento estuvo dorado. Me llamó la atención imaginarme la imagen tan diferente que podría presentar con ese cambio de coloración, y a raíz de ahí me puse a investigar un poco, y me di cuenta de que en la galería de grutescos, aunque ahora aparece en el color de la piedra, quedan muchísimos restos de policromía. Así me decidí a hacer un análisis de todos estos restos, y, junto con la información con la que contaba, hacer una recreación hipotética aproximada de cómo pudo ser este espacio originalmente, recuperando para ello el color que tanto caracterizaba a la ciudad histórica. Este es el resultado:

 

Recreación aproximada del estado original del Estanque de Mercurio en el Alcázar de Sevilla