Como ya sabemos por la gran repercusión mediática que ha tenido, hace unos días punto rojo decidió donar una más de 1500 libros para que fueran colocados en los anaqueles de la Plaza de España y cumplir así con el proyecto de su arquitecto, el genio Ánibal González, que pretendía convertir el edificio en una biblioteca al aire libre donde los ciudadanos pudieran intercambiar los libros.
A los dos días, todos los ejemplares habían desaparecido, pero lo que no sabía esta editorial era que iba a desatar tal reacción entre los sevillanos, como una auténtica manifestación por la cultura y contra el incivismo. Quien fuera a visitar el parque de María Luisa el pasado 2 de septiembre, podría encontrarse una sorpresa, y es que, aunque no quedaba ni un solo libro de los que había donado la citada editorial, al adentrarte en el parque podías encontrar libros literalmente tirados en el suelo, en bancos, árboles, etc. Estos libros, tal y como indicaba la etiqueta que llevaban, no estaban abandonados, si no que formaba parte de la donación del programa Bookcrossing ( @bcspain )
para que pasaran de unos a otros y todos los lectores dejaran su reseña en la página web www.bookcrossing-spain.org
Desde que punto rojo hiciera esta donación muchos sevillanos se han volcado para cumplir este sueño de Ánibal González. Poco después, un hombre publicó un vídeo en el que dejaba un libro y mostraba su intención de comenzar una cadena, como la de los cubos de agua que tanto ha estado de moda últimamente. Igualmente, ayer jueves, las asociaciones culturales Ademán y Fernando III hicieron una convocatoria a través de las redes sociales para que los sevillanos fueran a dejar sus libros. A las 13:00 horas, había 50 personas en la Plaza de España que aportaron más de 300 ejemplares.
Una auténtica muestra del interés por la cultura de muchos sevillanos que también se ha visto muy presente en las redes sociales, y las ganas de colaborar para combatir la falta de educación y el incivismo que no son ni mucho menos seña de identidad de la ciudad.
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