El Palacio de Bucarelli o Palacio de los Condes de Santa Coloma forma parte desde finales de junio del recorrido cultural de la ciudad. Este edificio, hasta ahora oculto a la ciudadanía, es uno de los más representativos del barroco civil sevillano.
La construcción de este edificio fue encargada por el noble sevillano Francisco Antonio Bucarelli y Villacís en los primeros años de la década de 1690. La de los Bucarelli era una familia florentina que, como muchas otras, había venido a Sevilla a principios del siglo XVI para hacer fortuna en el comercio con las américas, gracias al monopolio que ostentaba Sevilla. Con la unión en matrimonio en el año 1805 de Doña María del Pilar Bucarelli, la propiedad, que se mantiene hasta nuestros días, pasaría al linaje de los Condes de Santa Coloma. Las trazas del palacio, que responde a un proyecto unitario, a diferencia de muchos de los edificios similares de la ciudad, se deben con toda probabilidad al arquitecto onubense Pedro Romero. Este arquitecto sería, después de Leonardo Figueroa, el más importante de la época en la ciudad. Es responsable de obras como la fachada y portada del Palacio Arzobispal, la Iglesia del Buen suceso o la Parroquia de la O, habiendo participado también en otras obras de gran importancia como la Iglesia del Salvador. También fue autor de las reformas del Palacio del Duque de Medina Sidonia, hoy tristemente desaparecido.
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Portada del Palacio de los Bucarelli o de los Condes de Santa Coloma en Sevilla |
La fachada principal destaca en la calle Santa Clara por su contundencia, al ser un edificio de grandes dimensiones que responde a un ordenado ritmo compositivo no muy común en una ciudad en la que muchos de sus edificios suelen responder a la superposición de distintos elementos históricos. No en vano, se trata de
la mayor fachada palaciega de la ciudad (si no se tiene en cuenta la de San Telmo, que no era en su origen un palacio sino la Universidad de Mareantes). En esa fachada, hoy necesitada de una restauración, destaca la portada principal, que, a pesar de se decoración barroca, no resulta especialmente suntuosa si se tiene en cuenta la importancia del edificio.
La fachada luce en ladrillo visto en su parte superior y con un funcional encalado en su parte inferior. Se despoja así de su piel original, que probablemente contaría con los característicos cromatismos del barroco sevillano, como el Palacio Arzobispal, que responde al mismo autor. Además, los mínimos restos de decoración mural conservados en la fachada lateral que da a la calle de la Dalia (hoy hotel), podrían invitar a plantear la hipótesis de que la fachada principal también contara con algún tipo de de decoración, como es el caso del Palacio de Mañara en la Calle Levíes.
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Decoración mural en el lateral del Palacio de los Bucarelli, hacia la calle de la Dalia |
Para comenzar la visita, se entra por la puerta principal, que da acceso al apeadero y a las caballerizas contiguas. Domina el espacio una composición serliana, que demuestra las influencias clásicas de Italia. Llama la atención en este espacio la perfecta simbiosis entre la arquitectura y la vegetación, así como la preservación de los materiales tradicionales, como el pavimento de piedra. Nada más entrar, ya se nota que es un edificio vivo y no sólo una pieza de museo, ya que la familia todavía lo habita, como se irá viendo a lo largo de la visita.
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Apeadero del Palacio de Bucarelli |
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Caballerizas del Palacio Bucarelli |
La conexión con el patio principal no llega a hacer un recodo, pero evita la consecución de un eje central. Este patio responde a las características del típico patio de columnas sevillano, aunque con algunas características que lo diferencian de los patios renacentistas, como las columnas de jaspe (en lugar del habitual mármol) y la azulejería barrroca. Esta decoración, de finales del siglo XVII, se debe al ceramista Diego de Sepúlveda, quien trabajaría también en otros emplazamientos, como la Iglesia de Santa María la Blanca o la sacristía del Sagrario de la Catedral de Sevilla. A este patio dan también la escalera principal y la pequeña capilla.
Cabe mencionar aquí la anécdota de que, cuando en el año 1810 fue destruida la capilla de la Soledad de San Lorenzo, muy cercana a este palacio, los condes acogieron y rindieron culto a la talla de manera provisional, hasta que pudo regresar a su sede.
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Patio principal en el interior del Palacio Bucarelli |
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Patio principal en el interior del Palacio Bucarelli |
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Detalle de la decoración cerámica del palacio Bucarelli |
La visita continúa por el jardín, al que asoma el palacio por medio de una logia, como ocurre también en la
Casa de Pilatos.
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Jardines del Palacio Bucarelli |
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Jardines del Palacio Bucarelli. Detalle de la Logia |
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Jardines del Palacio Bucarelli |
La siguiente parte de la visita es el patio de servicio y el estudio, donde se encuentra la arquitectura de carácter más doméstico. En este pequeño estudio, el conde recibía a sus invitados más allegados a mediados del siglo XX y practicaba la escultura, de la que aprendió siguiendo al escultor Antonio Illanes. Además, en el pequeño patio se acogían eventos flamencos privados. No es difícil imaginar la intensidad con la que se vivían estos encuentros en ese rincón del palacio.
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Patio de servicio en el interior del Palacio Bucarelli |
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Patio de servicio en el interior del Palacio Bucarelli |
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Estudio el interior del Palacio Bucarelli |
El recorrido por la planta baja termina con los salones de verano, unas estancias donde se empiezan a vislumbrar las riquezas artísticas que los condes han ido atesorando a lo largo de los siglos. Además, los bajos paños de cerámica barroca bicromática que ya habíamos visto en el patio, presentan aquí una presencia aún más importante, adquiriendo un carácter identitario para el edificio. Por estas estancias han pasado personajes ilustres como Raniero de Mónaco y Grace Kelly, Rita hayworth o Antonio Illanes.
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Salones interiores en la planta baja del palacio Bucarelli |
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Salones interiores en la planta baja del palacio Bucarelli |
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Salones interiores en la planta baja del palacio Bucarelli |
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Salones interiores en la planta baja del palacio Bucarelli |
La visita continúa por la plata alta, que es a su vez la más noble del palacio y donde se conservan las mejores obras de arte. Como suele ocurrir en los palacios sevillanos, la planta alta era la que se usaba en invierno, por ser más cálida, mientras que la baja se usaba en verano. En la galería que circunda el patio, además de poder disfrutar de una magnífica perspectiva del mismo, se exponen una buena cantidad de piezas, entre las que destacan retratos de miembros de la familia. Llama la atención, a pesar del mal estado y la poca iluminación, una pareja de retratos que recuerda a la pintura del siglo XVI, aunque no tenemos información de si se trata de copias u originales. En esa misma galería se puede apreciar un pequeño conjunto ecuestre, obra del escultor Antonio Illanes.
Al comenzar a visitar las estancias superiores, llaman la atención unos jarrones de origen mejicano, donde el sevillano Don
Antonio María Bucarelli y Ursúa fue Virrey en el siglo XVIII. También fue Capitán General de Cuba. Como curiosidad, la guía cuenta que este insigne personaje fue precursor del canal de Panamá,
iniciador de la exploración española de Alaska y promotor de de los derechos de los indígenas. Este dato no lo he podido corroborar, aunque sí que
hizo importantes mejoras en Mexico, y de hecho todavía una avenida de su capital se conoce con su nombre. Otro dato muy interesante de esta familia y su relación con Sevilla y las Américas, es que la
Isla Soledad, la de mayor superficie de las Malvinas, recibió este nombre en el siglo XVIII en honor a la Soledad de San Lorenzo, de la cercana parroquia homónima. El nombre se lo otorgó precisamente
Francisco de Paula Bucarelli y Ursúa, que era muy devoto de la hermandad, y de hecho fue fiscal de la misma en 1739.
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Patio principal del Palacio Bucarelli desde la galería de la planta alta |
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Retratos de personajes familiares en la galería del patio principal |
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Conjunto escultórico de Antonio Illanes en el interior del Palacio Bucarelli |
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Galería del patio principal del Palacio Bucarelli |
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Jarrón mejicano en las estancias de la planta alta del palacio Bucarelli
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Las estancias de la planta alta son, sin duda, las más ricas de la casa, diferenciándose de las inferiores principalmente por su conjunto mobiliario. Las piezas más destacadas son los
extraordinarios tapices flamencos del siglo XVII, así como el
retrato ejecutado por el pintor romántico Antonio María Esquivel. La visita permite
asomarse al balcón que, muy probablemente, inspiraría a poeta sevillano Gustavo Adolfo Bécquer en el poema que, según esta teoría, estaría dedicado a una joven dama de la familia de los Condes de Santa Coloma.
Volverán las oscuras golondrinas
en tu balcón sus nidos a colgar,
y otra vez con el ala a sus cristales
jugando llamarán.
Pero aquellas que el vuelo refrenaban
tu hermosura y mi dicha a contemplar,
aquellas que aprendieron nuestros nombres…
¡esas… no volverán!
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Comedor de la planta superior en el Palacio Bucarelli |
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Tapiz flamenco del siglo XVII con la escena de César triunfante en la batalla de Munda |
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Tapiz flamenco del siglo XVII con un alegoría del triunfo del cristianismo
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Detalle del mobiliario de la planta alta en el interior del Palacio Bucarelli |
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Retrato pintado por Antonio María Esquivel |
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Vistas de la Parroquia de San Lorenzo desde el balcón principal del Palacio Bucarelli, en el que posiblemente se inspiraría Bécquer para su célebre poema |
Que actualmente se pueda acceder a conocer este importante edificio del patrimonio sevillano, se debe a los movimientos que la familia empezó a hacer para convertir una pequeña parte del mismo en un hotel. Este proceso supuso la restauración, por parte del arquitecto Javier Betancourt y la investigación histórica sobre el edificio, que fue clave para que la familia se animara a abrirlo al público.
El palacio se puede visitar todos los días en horario de mañana y tarde, excepto los lunes y domingo, por a partir de 9€ si es sólo para la planta baja y a partir de 19€ para la visita completa. Toda la información se puede ver en
su página web. Además, por sólo 5€ más, la Empresa Paseos por Sevilla hace
visitas guiadas todos los sábados de julio y agosto a las 10 de la mañana.
Por último, quería compartir el diseño que he hecho inspirado en este palacio y el poema de Bécquer, para le nueva tienda en la que iré poniendo diseños de la ciudad y de los temas de los que vaya hablando en el blog. Pinchando en cada imagen puedes acceder a la página web y comprarlos si te han gustado, en cualquier color y en cualquier formato de camiseta, sudadera, mochila, bolsa, etc.
Fuentes:
Falcón Márquez, T. (2011). Pedro Romero (1638-1711), arquitecto del Barroco sevillano. Laboratorio de arte, 23-2011. http://institucional.us.es/revistas/arte/23/articulo_11.pdf
Falcón Márquez T. (1980). Casas sevillanas desde la Edad Media hasta el Barroco. Sevilla: Maratania.
https://www.palaciobucarelli.com/
https://www.revistaescaparate.com/descubriendo-el-palacio-bucarelli-ana-rosa-de-queralt-y-aragon-marquesa-de-canete-enrique-de-queralt-y-aragon-marques-de-gramosa-y-pilar-de-queralt-y-aragon-marquesa-de-alconchel/
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ResponderEliminarAsí es. Los precios que comento diciendo que son a partir de esa tarifa, son precisamente los de los sevillanos. La entrada general es algo más cara, aunque no hay mucha diferencia. También se puede visitar de forma gratuita los lunes, en el horario BIC
ResponderEliminar¿Alguien sabe alguna empresa qué se dedique al diseño gráfico en 3D para arquitectura?
ResponderEliminarCreo que es una de las visitas más desconocidas de Sevilla. Conocer este palacio es una de las cosas que tanto turistas como los propios sevillanos deberían hacer. Hay tanto patrimonio en Sevilla que nunca para de sorprendernos. He encontrado una web que se llama Guiavi para comprar la entrada al palacio de Bucarelli. https://guiavi.com/sevilla/entrada-palacio-bucarelli/. Parece que también es posible alojarse en el palacio, y además tienen muy buena pinta las instalaciones.
ResponderEliminarMerece mucho la pena visitarlo ! Ya era hora de que se pudiera visitar por dentro
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