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lunes, 14 de febrero de 2022

Sevilla Barroca: una ciudad llena de color y decoraciones en sus fachadas

 A lo largo de la historia el color ha sido un elemento que ha acompañado a la arquitectura con diversos niveles de intensidad, pero ha sido una de las características que menos ha perdurado, por su evidente debilidad. No sólo es así, sino que en la actualidad la imagen idealizada de la arquitectura histórica está conformada sin esta característica, y tanto en el tratamiento del patrimonio histórico como, sobre todo, en la nueva arquitectura, es un recurso pobremente utilizado. Por eso es importante estudiar con rigurosidad este tema, para poder actuar consecuentemente y reivindicar su lugar en la arquitectura.

Aunque evidentemente la arquitectura es un aparato muy complejo que va más allá de estas características, el papel que tiene en la imagen de la arquitectura y con ello la definición del paisaje urbano, es trascendental. No sólo afecta a criterios estéticos, sino que el tratamiento del color altera la forma en la que percibimos la arquitectura, incluso en aspectos volumétricos o compositivos.

Desde la Antigua Grecia, en cuyo símbolo más reconocible, el Partenón de Atenas, se ha demostrado la existencia de restos de variados e intensos colores, hasta las arquitecturas más recientes se han usado este tipo de recursos. Sin embargo, como ya apuntábamos, es algo denostado en algunos casos y relativamente poco estudiado.

En el caso de Sevilla no es para menos, de hecho se ha descubierto recientemente que también su monumento más icónico, la Giralda, estuvo completamente recubierto de una decoración mural de color rojo que simulaba un despiece de ladrillos. Y es que en Sevilla no sólo era frecuente la utilización de del color en el tratamiento de los acabados de muchos edificios de diversa índole, sino el empleo de pinturas murales con diferentes tipos de decoración (algunas tan sencillas como el simulado de despiece de ladrillos o sillares y otras de más complejidad), esgrafiados u otras técnicas híbridas como es el grafito inciso. Descrita así por Rafael Ruiz Alonso (Historiador profesor de la Universidad de Valladolid y experto en el estudio de técnicas de esgrafiados) el grafito inciso es un tipo de técnica en la que hay cierta discusión sobre si se considera esgrafiado o no, por eso la describimos como técnica híbrida. Como ya hemos hablado en otras ocasiones, consiste en la realización de incisiones lineales en el mortero, que en el caso de Sevilla suelen aparecer frecuentemente como guía para la realización de las pinturas murales que decoran las fachadas.

Son muchos los restos de este tipo de decoraciones, además de la presencia de acabados con distintos tipos de cromatismo, materialidad, etc. Reconociendo la importancia que este tipo de aspectos tienen en la definición del paisaje urbano. El conocimiento riguroso de ello un primer paso fundamental para posteriormente poner en valor y actuar de forma respetuosa y coherente con el patrimonio de la ciudad. 

En el siguiente mapa interactivo se ha hecho un estudio de todos los restos de diferentes tipos de decoración mural que quedan en Sevilla, como un primer paso para el estudio de esta cuestión. Se diferencian tres tipos: esgrafiados, grafito inciso y pinturas murales. Pinchando en cada uno de los puntos se puede ver además información sobre ellos y una fotografía (se recomienda ver la información de cada una en pantalla completa):

Mapa realizado con la licencia académica de ESRI

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