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martes, 6 de octubre de 2015

La Fuente-órgano del Alcázar



Sevilla es un ciudad única que presume de grandes récords, como el de la Catedral gótica más grande del mundo con el mayor retablo de la cristiandad, uno de los centros históricos más grandes del continente, el palacio real en uso más antiguo de Europa… y precisamente en este último espacio se encuentra un elemento muy especial,  único en España y con muy pocos ejemplares similares en toda Europa: una fuente-órgano.


Esta fuente, llamada de la fama, forma parte de la galería de Grutescos que diseñara Vermondo Resta en estilo manierista, sin saber que siglos más tarde sería expuesta en todo el mundo como parte de los Jardines del Agua, espacio ficticio de la serie “Juego de Tronos”.

Formó parte de las reformas que hizo este arquitecto cuando fue maestro mayor del Alcázar, entre las que se encuentra el apeadero que da al Patio de Banderas, también Manierista. Este estilo arquitectónico surgido en Italia en el último tercio del siglo XVI se puede considerar como principio de la transición entre el renacimiento y el barroco, cuando los arquitectos renacentistas empezaron a alejarse en algunos aspectos de los cánones y proporciones clásicas, dejando más espacio a la imaginación, aunque sin librarse de las críticas de otros arquitectos. Esta pequeña reseña, aunque alejándose un poco del tema, es muy interesante, pues es de justicia tener en cuenta este estilo poco conocido fuera de un entorno poco académico, que, a pesar de su breve periodo de influencia, dejó marca importante en el Alcázar.

Galería de grutescos del Alcázar


Volviendo a la fuente, hay que decir que se trata de algo muy especial, tanto que para su restauración  en 2006 se requirió la intervención de un experto italiano, Leonardo Lombardi. Esta fuente de principios del siglo XVII tiene un mecanismo que hace que cada hora, con el paso del agua y con la acción del aire, se produzca una melodía. Si hace falta un experto en órganos hidráulicos para arreglarla, resulta evidente que un servidor no puede describirles el funcionamiento, pero, echando un vistazo por una rendija, podemos ver los mecanismos, algo ciertamente interesante. Parece ser un sistema similar al de las cajas de música, que al pasar el agua, hace sonar la melodía con el órgano que hay sobre él.
                                                      

                    

No es difícil encontrarlo, pues, sabiendo que está adosado a la galería de grutesco, la reconocerás al ver varios bancos en frente orientados hacia la misma, así que si visitas el Alcázar, no olvides ir a la hora en punto a disfrutar de la agradable melodía.

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