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jueves, 24 de septiembre de 2015

La destrucción del patrimonio no es sólo cosa del pasado


Es costumbre escandalizarnos cuando nos cuentan los elementos que se han destruido en Sevilla, cuando vemos lo que se hizo en la Plaza del Duque (uno de los que más suele impactar y que es de los casos más conocidos), los elementos perdidos de la expo del 29, o la muralla. Muchos se echan las manos a la cabeza, y reflexionan sobre la inconsciencia del pasado. Lo que no saben es que esto no es historia, a día de hoy son muchas las cosas que se destruyen y se menosprecian (afortunadamente no igual que antes, pero este problema sigue existiendo). El caso que nos ocupa hoy,  que recuerda mucho más a los dos últimos nombrados, se trata de algunos elementos de la exposición de 1992, que en breve, si la ciudadanía no consigue evitarlo, pasarán a la historia.

Junto a la Torre Pelli, cuyo nombre oficial es Torre Sevilla, se encontraban dos de las puertas de entrada al recinto: la Puerta de Triana y la Puerta del Guadalquivir. La primera de ellas ya fue derribada para construir la citada torre, aunque aún queda una parte y junto a ella, en un terreno abandonado, persiste la puerta del Guadalquivir, característica por su gran escalinata. También en este espacio están dos de las características grandes veletas que se hicieron para el evento. Para la inauguración de la Torre, se van a arreglar los alrededores, y este terreno se convertirá en un agradable parque junto al río. Hasta aquí todo bien, se gana un nuevo espacio verde para el ciudadano, pero para ello, el arquitecto encargado, Guillermo Vázquez Consuegra, arrasa con todo lo existente y elimina los elementos que allí quedan.



Puerta del Guadalquivir

Puede parecer para algunos que no son gran cosa, pero si analizamos el tema, nos damos cuenta de la incongruencia de la situación. Estamos hablando de elementos representativos de la exposición universal de 1992, un evento que es, sin duda alguna, un acontecimiento de gran importancia en Sevilla. Podemos hablar incluso de que marca un antes y un después en su historia, sobre todo en el aspecto del urbanismo de la ciudad, de cuyos cambios se podía escribir para completar un libro.

Para comprenderlo también podemos hacer una comparación, salvando las distancias, con las murallas y las puertas de entrada de la ciudad. Cuando se destruyeron, la mayoría a partir de 1868 (la gloriosa), eran elementos muy vulgares, piezas del urbanismo de cualquier ciudad, que de hecho sólo estorbaban para la modernización. En el siglo XXI, las murallas son monumentos distintivos en muchas ciudades, y nadie comprende cómo se permitió su destrucción. Por si fuera poco, resulta que esto se quiere destruir para hacer un parque, en el que se podría incluir sin problema todo esto como muestra del respeto por la historia. Pero a veces a los arquitectos les importa más ellos mismos, dejar su sello, su obra, que el patrimonio con el que tratan y la historia que tiene detrás.

Día a día se van perdiendo poco a poco partes de la historia de nuestra ciudad sin que nadie pueda evitarlo. Ahora son los ciudadanos y asociaciones, como legado expo, los que están movilizándose para salvar lo que, a todas luces, se debe conservar. Lo primero es la concienciación, pero hay que ir más allá para que no se siga perdiendo la historia de la ciudad.

Veleta de la Expo desde la Calle Betis
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3 comentarios:

  1. Que respeto va a tener sobre la historia cuando realmente con la Torre se ha destruido 700 años de paisaje histórico?
    Y la excusa se repite: modernidad miope y sin panorámica de futuro (nunca mejor visto).

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    Respuestas
    1. Independientemente del debate del caso concreto de la Torre Pelli, hay que perseguir la modernidad, no se puede criticar esto. Lo criticable es hacerlo sin respeto por el patrimonio y por la historia, algo que es más propio de la mentalidad antigua que la de una sociedad del siglo XXI, pero que desgraciadamente no está tan claro para todos.

      Gracias por comentar expresando tu opinión aquí

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  2. El verdadero destrozo del paisaje, no va a ser la demolición de la puerta Triana, no....., lo es ya la aberrante construcción de la Torre Pelli.
    Los defensores del mamotreto de la Pelli deberían apechugar las consecuencias del monstruo que han defendido y ser consecuentes con sus actos.

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