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jueves, 6 de septiembre de 2018

Con Sevilla a cuestas: Cartagena


Con esta entrada quiero comenzar una nueva serie de entradas que iré haciendo poco a poco, según los viajes que pueda ir haciendo. Y es que, como supongo que cualquier enamorado de su ciudad, no puedo evitar comparar los sitios que visito con Sevilla, y fijarme en las referencias sobre la misma que puedo encontrar o cosas en común entre ambas ciudades. Aunque lo llevaba pensando hace tiempo, no ha sido hasta ahora cuando me he decidido a compartir estas impresiones, ya que, además de los detalles curiosos que encuentro en estas ciudades relacionados con Sevilla que pueden ser interesantes, hay otros nexos, reflexiones o comparaciones que creo que pueden ayudarnos a comprender mejor nuestra propia ciudad, su historia y por qué es como la conocemos hoy en día.

Sin más dilaciones, presento la ciudad con la que voy a comenzar esta serie: Cartagena. Esta ciudad costera murciana posee una riquísima historia que se puede recorrer desde sus inicios cuando visitas la ciudad actual. Fundada en el 227 a.C. con el nombre de Qart Hadasht por los Cartagineses como estrategia de expansión tras la derrota contra los romanos, pronto fue conquistada por el imperio romano, tras la segunda guerra púnica, concretamente en el año 209 a.C.

Es en la época romana cuando la ciudad, rebautizada como Cartago Nova, con el título de Colonia, vive su etapa de mayor esplendor. De esta etapa quedan muchísimos restos, varios de ellos visitables, entre los que destacan dos de los monumentos más reconocidos de la ciudad: el antiguo teatro y el barrio del foro.
Teatro romano de Cartagena

Barrio del Foro Romano de Cartagena

Pinturas murales del Barrio del Foro Romano de Cartagena

Decumano máximo de Cartagena (Hallado en 2015)

Tras esta etapa, la ciudad vivió una decadencia. Aunque a lo largo de la historia tuvo relevancia por su papel militar, no es hasta finales del Siglo XIX cuando experimenta una nueva etapa de esplendor debido a su actividad industrial, ligada fundamentalmente a la minería. Este hecho, junto al bombardeo que sufrió en el año 1873 (lo que implicó una necesidad de reconstrucción de muchos edificios), ha hecho que haya llegado a nuestros días una gran cantidad de edificios modernistas que sin duda llaman la atención al visitar la ciudad  y la caracterizan hoy en día. De hecho Cartagena forma parte de una ruta de modernismo europeo.

Casa Aguirre, Cartagena

Casa del Maestre, Cartagena

Gran Hotel de Cartagena

Es aquí donde me voy a hacer mi primera parada para establecer una comparación con nuestra ciudad. En Sevilla, aunque existen algunos ejemplares de este estilo, podríamos considerarlo prácticamente ausente, pero... ¿Por qué?. Sevilla no vivió un mayor desarrollo hasta principios del Siglo XX, cuando se empezó a preparar la posibilidad de celebrar la exposición iberoamericana. Sin embargo, entonces en Sevilla en lugar de seguir desarrollando este estilo, que ya tenía recorrido en algunas ciudades como Barcelona, se desarrolló una corriente que pretendía crear un estilo propio, característico de Sevilla y ligado a su historia y tradición cultural: el regionalismo. Es por ello que no podemos disfrutar de grandes ejemplos de modernismo en nuestra ciudad, porque en su lugar tenemos el característico regionalismo, que para muchos hoy forma parte importantísima de la identidad de Sevilla.

 
Uno de los edificios característicos de Cartagena es su ayuntamiento (1900-1907), con un estilo ecléctico, con influencia del modernismo y del estilo francés. En su interior destacan el recibidor y la escalera monumental, con un aire modernista más marcado. En la parte superior de la misma se encuentran, entre otros, dos lienzos titulados "San Isidoro de Cartagena" y "San Leandro de Cartagena". No es una casualidad, se trata efectivamente de nuestros patrones, conocidos como San Isidoro y San Leandro de Sevilla, aunque nacidos en Cartagena. Formaban parte de una familia de 5 hermanos, de los que 4 fueron santos, conocidos como los 4 santos de Cartagena: Isidoro, Leandro, Fulgencio y Florentina. Sin embargo, nuestros patrones son más conocidos como sevillanos porque vinieron pronto a Sevilla y fue aquí donde desarrollaron su vida religiosa, llegando los dos a ser arzobispos de esta ciudad. No en vano, en la propia Cartagena también se les conoce como San Isidoro y San Leandro de Sevilla, aunque a veces se les nombre como cartageneros como reivindicación cultural.







Por último destacar el importantísimo papel militar de Cartagena durante toda su historia, parte de su riquezas (se conservan muchas estructuras militares de diversas épocas y ostenta el honor de ser sede de la construcción del primer submarino), aunque también fue su condena. Durante la Guerra Civil fue la base naval del ejército republicano, por lo que sufrió mucho este periodo bélico y nunca recuperó la pujanza que tenía desde finales del siglo XIX. A pesar de ello, durante el franquismo experimentó un nuevo desarrollo industrial potenciado por los recursos minerales que se vendían para la Guerra Mundial, pero el conflicto acabó y las industrias quedaron obsoletas. Ante esta situación, desde finales del Siglo XX se llevó a cabo un intento de buscar ingresos en otros sectores económicos, y se vio la oportunidad en el turismo. Fue entonces cuando se empezaron a sacar a la luz la mayoría de los restos arqueológicos (el teatro fue descubierto en 1988 y no fue hasta 1996 cuando se comenzó la excavación completa).

Esta tardía valoración del potencial del patrimonio, junto con la dificultad de las inversiones por las amplias posibilidades de encontrar restos arqueológicos, hacen que hoy en día sorprenda en la ciudad la cantidad de edificios que se encuentran en muy mal estado, obras paralizadas y edificios destruidos o con sólo la fachada conservada. Es curioso comparar las ciudades y observar como algunas zonas del casco histórico de Cartagena y sus inmediaciones recuerdan a cómo estaba Sevilla antes de la Expo del 92, y como la evolución que experimentó Sevilla hace muchos años parece que es ahora cuando la está experimentando Cartagena (hay zonas como el puerto y algunas de las calles principales que si están muy bien cuidadas).

Homenaje a las víctimas del terrorismo en el Puerto de Cartagena. Al fondo el Museo Naval, donde se expone el siubmarino de Isaac Peral

Con esto finalizo mi visita a esta ciudad de riquísima historia, esperando que haya servido mi entrada tanto para conocer la propia Cartagena como para descubrir y entender desde otra perspectiva algunos aspectos de la ciudad de Sevilla.

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