Se habla de Sevilla como ciudad de ópera por la gran cantidad de producciones de este género que la toman como escenario, que con las 153 que cifró la última investigación al respecto, la convertirían en una de las ciudades del mundo en la que más óperas se han ambientado. Sumando la estrenada este año sobre la Bella Susona, se llegaría a las 154 obras. No deja de ser un dato curioso, posiblemente motivado por el cierto carácter exótico que tenía el sur de España frente a otras regiones europeas, así como el rico pasado que tenía una ciudad que había adquirido relevancia internacional con la llegada de la Edad Moderna. A pesar de ello, Sevilla ya estaba en decadencia en los siglos XVIII y XIX, cuando se estrenaron muchas de estas obras que han perdurado en la memoria colectiva (Las Bodas de Fígaro y Don Giovani de Mozart en 1786 y 1787, Fidelio de Beethoven en 1805, el Barbero de Sevilla de Rossini en 1816, Carmen de Bizet en 1875...).
La Asociación de Casas Palacio de Sevilla, consciente de este importante valor cultural, ha decidido acercar este género a algunos de los rincones monumentales de la ciudad, de la mano de Engranajes Culturales. En realidad, la asociación incluye dos palacios, (Palacio de las Dueñas y Casa de Salinas) y el Hospital de la Caridad, aunque ojalá pronto se incorporen otros importantes edificios como la Casa de Pilatos, el Palacio de la Condesa de Lebrija, el Palacio de Pinelo, el de Salinas o el de los Bucarelli. O incluso algunas que aún ni son visitables, como la Casa Guardiola o el Palacio de la Motilla.
Volviendo a la ópera, el pasado fin de semana tuve la oportunidad de disfrutar de una de estas obras dentro del ciclo "Sevilla Opera Nights". En este caso, se tenía lugar en el Hospital de la Caridad, uno de los monumentos más destacados del barroco sevillano. Aunque normalmente se celebra en las galerías del claustro, tuvo que ser trasladado por la lluvia a un lugar único como es la Iglesia. 4 actores, un narrador y una pianista bastaron para sumergirnos de lleno en la historia, la música, y el ambiente de El Barbero de Sevilla.
Representación del Barbero de Sevilla en el Hospital de la Caridad |
No se presenta como una ópera tradicional, sino que es un formato más corto (no llega a la hora y media) en el que, entre pieza y pieza, un narrador va contando la historia que estamos presenciando, permitiendo seguirla fácilmente. Además, lo más especial de este formato es que los actores se mueven en torno al público, convirtiendo la representación en una experiencia envolvente, en la que los espectadores están integrados en la propia acción. Tener la oportunidad de escuchar las impresionantes voces de los actores entonando las melodías a veces a sólo unos centímetros de ti es una sensación realmente conmovedora, que no se puede vivir de la misma forma en una ópera tradicional. Todo ello además, por supuesto, en un entorno patrimonial único y bajo la suave luz nocturna, creando una atmósfera de recogimiento muy especial, que termina de redondear la velada.
Este formato, además, es más accesible para un tipo de público menos experimentado con el género, puesto que el narrador introduce alguna información previa y del contexto, no sólo de la obra que se representa sino de la propia historia de este género en la ciudad, y durante la representación va permitiendo a los espectadores seguir el transcurso de la historia. Todo ello no es impedimento para que los más experimentados, como de hecho abundaban entre el público el pasado fin de semana, disfrutaran al máximo este formato de representación de la ópera.
Para este otoño, todavía hay programada una representación más del Barbero de Sevilla el 16 de noviembre y otra de Don Giovanni en la Casa de Salinas el 2 de noviembre. Las entradas se pueden conseguir en este enlace.
Representación de Don Giovanni en la Casa de Salinas |